miércoles, 16 de diciembre de 2009

Ni scrooge lo permitiría

La acusé de aguafiestas, pobre de espíritu ,anti estética, desanimada, desabrida , podrida y criminal.
Me refutó crisis económica. Se refirió a que el tamaño no es lo que importa y que si quería algo mejor que simplemente lo comprara.
Le grité insensible, desconsiderada, des-navitizada. Le dije que si eso era de aquel tamaño, para encontrar los regalos tendríamos que empezar por podar semejante tragedia verdosa, porque seguramente estos serían más insignificantes aun.
Me intentó convencer con terminos como transición, madurez, superficialidad, consumismo y capitalismo.
Sin embargo cuando el primer invitado se horrorizó ante tal horrible mezcla de luces, palos y hojas falsas,cuando su risa se hizo inevitable mi tan superficial progenitora no lo pensó dos veces y desechó aquel árbol del demonio que sin animos de ofender era dificil que llegara a la altura de un pino aromático de auto promedio.