Los regalos en Navidad para mi nunca son buenos. Se reducen a tarjetas de crédito, tragos amargos, dinero y más dinero. Vienen en conjunto con cenas mediocres, risas que se apagan al otro día y palabras que quedan en el aire. Mis regalos nunca me conforman porque jamás son LO QUE DE VERDAD quiero y necesito. Son papeles coloridos que mucho suenan y poco traen.
Esta navidad había querido pedir otras cosas, quizas momentos,personas y gestos. No regalos que se hayan equivocado de árbol. Había pedido algunas ventanas, un par de puertas y sombras con árboles grandes( no árboles que den sombra, que quede claro) quería también un par de nubes para olvidarme de los pies en la tierra y otras calamidades que a esta altura ya no vale la pena que mencione.
Al final, en la noche, recibiré lo mismo que cada año. La misma decepción que rodea estas fechas que se sabe guardan vacío y tristeza detrás de los suntuosos adornos.
.Porque como siempre...mis regalos vencen, se destiñen, se oxidan.