martes, 29 de septiembre de 2009

11:30 am

Hay veces en que la alarma empieza a sonar a las 7:30 junto con el ruido ya conocido de las mañanas y apenas despierto me escondo entre las sábanas. Ofrezco una excusa ridícula, me tapo hasta la cabeza y me rehuso a salir. Desplazo la hora de la alarma cada 45 minutos y tengo sueños desagradables. Más de una vez voy al baño , me lavo los dientes, intento ordenar todo para ir a darme una ducha y decido que lo mejor es volver a la cama. La hora de la alarma vuelve a cambiar.
Cuando las excusas ya no caben me debo parar, no sin antes quedarme sentada un buen rato mirando nada.
El resto del día sigue su curso normal, pero yo me siento mareada, agotada no se muy bien de que ,las palabras se me atoran en la garganta y mientras me ensimismo escuchando música pienso que no tendría que haberme levantado nunca y que ha sido el peor día de la peor semana del año.

(ese día fue hoy)