Cuando ya no puedo conmigo, cuando las palabras ya no me sirven, cuando no hay abrazo que se sienta cálido me encierro en mi pieza, apago las luces y escucho The Smiths a todo volumen, grito las canciones , las siento, las que más llegan las lloro ( en silencio).
Anoche fue una noche de esas. Pensé que si apagaba el pc y me acostaba a escribir algún cuento hoy todo sería diferente, pero no fue así y mi cuerpo que aún tenía las letras pegadas en el paladar ( half a person o i know it´s over por citar algunas) decidió expulsar la pena literalmente, sacarla, echarla, eliminarla, deshacerse de ella dolorosa y escandalosamente.
Creo que todavía quedan penas anteriores y unas cuantas que se refrescan a cada rato. Ahora ya no quiero escuchar The Smiths, ahora obedeceré a mi cuerpo que no quiere absorber más, que solo quiere vomitar, vomitar, vomitar a ver si logra sentirse como antes.